viernes, 16 de febrero de 2007

Análisis de "La Biblia Satánica"

He finalizado la lectura de "La Biblia Satánica". Como ya había comentado, es un libro bastante rescatable. Supongo que Anton LaVey leia mucho sobre historia y filosofía, porque claramente se expresan en el texto varias escuelas del pensamiento y varias tradiciones de culturas ancestrales.

En primera instancia, el rescate de la filosofía de Nietszche. En El Anticristo, Nietszche pone las bases que LaVey usa como bandera para justificar (historicamente) su repudio por la iglesia católica y su hipocresía. Al igual que Nietszche, LaVey critica duramente los intereses escondidos dentro de la iglesia católica, la conservación de su propio poder y el fomento a la debilidad en la especie humana (la perdida de la vida). Tambien, recordemos, que Nietszche planteaba en sus principales obras una filosofía de la ley natural, de la fuerza interna de los seres vivos, la necesidad de sobrevivir y dominar. Él hablaba del super hombre como aquel que se encontraba mas allá del bien y del mal (es decir, la moral), se sujetaba a las leyes de conservación, la ley del mas fuerte, e inventaba a Dios a su imagen y semejanza. Entre lineas, puedo leer que LaVey quería convertirse en el super hombre y era, ciertamente, producto de los tiempos que vivió.

Ahora bien, LaVey pone de manifiesto su amor por la vida en su existencialismo, aquella escuela popularizada por los filósofos franceses del siglo XX. LaVey pone a la propia existencia natural humana encima de cualquier otra cosa. Recupera, ademas, las bases del hedonismo. Vivir aquí y ahora, al máximo posible, exhaltando hasta el último suspiro la conciencia de estar vivo y pretendiendo llevar su existencia al punto culminante de la inmortalidad del ego: llevar acabo al menos una tarea que mantenga tu existencia presente en la vida humana aún despues de que el cuerpo ha dejado de funcionar. Vamos, vivir de los placeres, para los placeres y a cada momento, sin pensar en dioses o en inframundos, degustando la vida que llevamos. Libertad para vivir sin cadenas, no en el cuerpo, sino en la mente. Matar a Dios para que del vacio nazcan los nuevos valores humanos, los propios. La influencia existencialista es clara en todo el texto.

El libro expresa las corrientes filosóficas mas importantes del siglo XX en su propio contexto histórico. Recordemos que los movimientos fascistas y nacionalistas basaron muchas de sus ideas en la filosofía de Nietszche, los movimientos hippie de corte hedonista y la rebelión en las mentes jóvenes causada por la revolución tecnológica de la era nuclear son también indicios de que se retoman las bases del Renacimiento y la humanidad, una vez mas, pretende alejarse del oscurantismo en el que está sumergida (en gran parte debido al poder de la iglesia romana y todas las sectas del judaismo). Fué normal en el siglo XX que las naciones manipularan nuevamente a las masas con la religión. Desde la reinstauración del Shinto por el gobierno japonés (para asegurar la lealtad del pueblo en la guerra), pasando por los ritos ceremoniales en honor a Woden (Odín) que se celebraban de nuevo en la Alemania nazi, hasta la separación del Vaticano de Italia (que Mussolini concretó para deslindarse del estigma de la religión católica). El Satanismo se convierte en una expresión mas del repudio a la sojuzgación y el ansia de liberación y dominio que tanto ha marcado a la historia de la humanidad, traducido un poco en palabras de Nietszche: "La voluntad de poder".

Finalmente, algo sobre los ritos. Los ritos que maneja LaVey son parecidos a los practicados por varias culturas de América y Europa a lo largo de la historia. Al parecer, LaVey intentó con el Satanismo reinstaurar a los dioses de diferentes culturas que la iglesia católica se encargó de "diabolizar" porque representaban un obstáculo para la dominación religiosa de los pueblos conquistadas por, en un principio, el Impero Romano y, posteriormente, por los conquistadores de America (los descendientes de las conquistas romanas) que llevaron a la institución papal mas allá de los mares. En este aspecto, me pareció algo fantasioso, sin embargo, los ritos juegan bien su papel en su religión. Decia Virginia Woolf (escritora británica) que los hombres somos afectos a los ritos sin sentido en nuestra vida y que toda institución creada por nosotros siempre esta plagada con ritos absurdos (aunque la importancia de los simbolismos es grande para nuestra mente, por eso no veo malo que esos ritos, por absurdos que parezcan, existan).

El libro me gustó tal vez porque refleja mi propio lugar en la historia y el porque de mi propio pensamiento, mi contexto. Tiene sus contras, la verdad uno puede llegar a las mismas conclusiones sin necesidad de leer este libro, pero para los neófitos en estos temas de corte filosófico y religioso (que necesitan mucha lectura solo para abarcar la superficie) sirve como la base de esa filosofía que existe desde el renacimiento (incluso antes) toda masticada para su "fácil" digestión. Es un libro algo dificil para los creyentes católicos, la iglesia se arraiga en lo mas profundo y es dificil eliminarla, pero si uno lee constantemente sobre la historia del catolicismo su influencia va disminuyendo poco a poco hasta que, en un momento dado, desaparece y finalmente puedes estar comodo con la idea de "no hay dios" y "la sola existencia terrenal vale mas que mil paraisos o mil infiernos".

Este análisis se ha quedado muy corto. Hay todavía muchos lados por los cuales se puede abordar el libro, y existen puntos, a mi juicio claves, en su filosofía que decidí no tocar para no extenderme en exceso, sin embargo puedo finalizar diciendo que este libro nos muestra la evolución natural que tiene el pensamiento de la humanidad a medida que va subiendo en la escala de la evolución tecnológica. Encaja perfectamente a la situación actual, un mundo que tiende a dogmatizar a la ciencia como verdad, que intenta sustituir los axiomas religiosos con axiomas matemáticos y que prefiere a la física y a la biología como explicación del mundo que a Dios. La ciencia parece estarse convirtiendo en la religión del futuro y realmente es cuestionable si la moral que se está planteando con respecto a la "verdad" de la ciencia (y la a veces falsa competencia de sus gurús) puede realmente permitirnos entender el universo y no solo describirlo.

Como sea, tal vez ésta es la religión que hasta el momento mejor me ha convencido (aunque no lo ha logrado, soy antireligioso), pero no por sus promesas de bienestar o vida eterna, sino por su voluntad de permitirme ser y vivir bajo mi propio juicio y responsabilidad, por su apego al existencialismo y al escepticismo. A pesar de todo para mi los dogmas siguen siendo malos pero, no se, tal vez yo mismo he dogmatizado el cambio y el equilibrio como mi propia fé, enarbolando la bandera del escepticismo con una irónica seguridad y viviendo en una eterna contradicción. Eso solo viene a convertirme en lo que se supone que debo ser, humano, y supongo que no puedo dejar de inconformarme con lo que atente contra mi naturaleza.

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