sábado, 17 de mayo de 2008

Que alguien me mate

Hoy voy a tocar el tema de la música, más que nada porque estoy siendo forzado a escuchar los ritmos monótonos y aberrantes del reggaeton (o "reguetón" como lo escriben sus partidarios), cumbias y demás generos músicales que no son de mi agrado. Para mi desgracia, la iglesia de la comunidad está justo detras de mi casa y hoy es el día de "la fiesta del pueblo" (por así decirle). Ahora, no se que diablos tiene que ver una fiesta estrictamente religiosa con el asunto de contratar un grupo de animadores (si, esos que traen microfono y unas bocinotas que no te dejan pensar en toda la noche, ya no digamos dormir) que reproducen solamente cumbias y reggaeton...pero las cosas son así.

Y bueno, puedo soportar la cumbia...pero la otra mugre está haciendome pensar seriamente en salir a matar personas hasta ganarme el linchamiento.

Mi habitual odio hacia el reggaeton (y todo ese ruido) está en este momento pasandose tambien a mis vecinos y a mi vida en general. ¿Cómo puedes no odiar cuando escuchas canciones que llevan como núcleo palabras como las siguientes?:

"...my bu no se limita a la hora de romper su pumpum
con curvas mas caliente q su raidun..."

¡NO JODAN, MUCHAS DE ESAS PALABRAS NI SIQUIERA EXISTEN!

Si yo dijera esa frase en voz alta me dejarían de querer en mi casa (bueno, de por sí).

Y no solo me disgusta esa música por la violencia implicita que lleva (en muchos sentidos), sino tambien porque es una propuesta músical bastante mediocre. Se basa, aparentemente, en la cantidad de ruido que puedes lograr con un interprete que sufre de trastornos del habla y unos sintetizadores. ¿Qué calidad musical se puede esperar de eso? Encima de todo, el animador de la antes referida fiesta quiere hacerlo más ruidoso exhortando a la multitud a que grite. Como si no fuera suficientemente molesto tener que soportar la vibración de los altavoces sobre la mesa y el piso, las alarmas de los carros que se encienden debido al volumen de la "música" y la voz gangosa de un tarado que a duras penas sabe hablar... ahora además tengo que aguantar los chillidos incesantes de los asistentes. Se que somos animales, pero ni los puercos ante las puertas del matadero suenan así.

Por otro lado...

Tal vez la existencia de un genero músical tan facilmente descalificable como el descrito arriba tiene una utilidad. Mas que nada, sirve para exaltar la belleza de las grandes obras maestras de la música (aquí hablo tanto de música clásica como música popular). El escuchar música melódica despues de estar sometido a la tortura y al posible daño auditivo (y cerebral) de una fiesta ruidosa, hace que la vida parezca mejor.

Para cerrar, voy a subir tres piezas instrumentales que me agradan mucho y que suenan bien tanto antes como despues de escuchar cumbias y ruido. Una es una composición original para guitarra, otra es un arreglo de música popular tambien para guitarra y la última es un arreglo para violin y orquesta:

Guitarra:

Mazurka Apasionada (Agustín Barrios) interpr. John Williams.
Michelle (Lennon & McCartney, arr. de Toru Takemitsu) interpr. Kaori Muraji.

Violin & Orquesta Pequeña:

Estrellita
(de Manuel M. Ponce)

Eso es todo por hoy. El proximo post ya está escrito. Iba poner ese hoy, pero tenía que expresar mi enojo por el ruido primero.

2 comentarios:

Liz dijo...

Hace mucho que escuché Estrellita cantada por Susana Zavaleta. Es preciosa.

Liz dijo...

*Zabaleta

Mi perfeccionismo por la ortografía es dañino.