martes, 3 de abril de 2007

The middle world

Bueno, aquí estamos de nuevo. Antes que nada, no he tenido mucha inspiración estos dias para escribir posts. Es decir, tengo los temas (de hecho la lista de pendientes es grande aún), lo que no tengo es esa sensación que surge de la nada cuando escribo. Déjenme explicar.

Generalmente cuando me dispongo a escribir cualquier cosa en la computadora, no tengo ni una sola idea en la mente. Nada. Veo el documento en blanco, pongo las manos en el teclado, y dejo que hagan lo suyo. Entro en una especie de trance. Ahí, en ese trance, es donde vive la sensación de la que hablaba. Es una emoción fuerte, combustible para el fuego interno. Mientras mis dedos se mueven, mis ojos se concentran en el display (monitor), veo las letras dibujarse en pantalla, escucho mi voz en mi cabeza repitiendo lo que mis manos van escribiendo. Todo sin previo análisis, sin previo juicio. Solo fluye. Eso es especial. En ese momento, es como cambiar el apuntador de "stdin" a las manos en lugar de a las cuerdas vocales.

Despues de un rato, noto que la idea toma cierta forma. En ese instante, me percato del tema sobre el cual estoy escribiendo. Se enciende la parte dos del proceso. La sensación crece, ha aumentado el combustible. El trance se hace mas profundo. Dejo de poner atención a cualquier otra cosa que no sea la voz en mi cabeza que va leyendo lo que voy escribiendo. Se calla todo el mundo y se apagan las luces. Solo existo yo leyendo de mi cerebro. En ese trance renovado sale información al por mayor. Salen ideologías, recuerdos, experiencias, sarcasmo, anhelos, sentimientos, hechos, todo eso que en un momento pareciera etereo se transforma en algo tangible que puede usarse, que puede formar parte de esta figura, esta escultura, que estoy tallando a base de palabras. Todo se convierte en un remolino que se lleva mi esencia, mis problemas, mis logros, mi existencia y lo dibuja por medio de símbolos fonéticos. Le da una figura, un sabor, un olor y una melodía que se transforma dentro de las mentes de los que leen lo que he escrito (incluyendome). Y, así como empieza, finaliza el trance.

Salir del trance es la parte mas importante. Mientras están todas esas ideas fluyendo en mi mente, no puedo pensar una conclusión. Cuando se acaban las palabras, queda una figura inconclusa, en bruto digamosle, que hay que refinar para darle un acabado que converja en algún punto. Aquí defino el texto para que disponga de una personalidad, un objetivo y un título. En esta parte, releo lo que escribí, corrijo lo que a mi juicio se escucha mal al leerse en voz alta y procuro quitar o poner ideas que den mejor a entender lo que estoy queriendo expresar. También aquí es donde crece la lista de pendientes, de las ideas que corté o sobre las que quiero ahondar mas. Finalmente, aquí es donde llevo acabo la prueba que tiene mayor valor para mi...leo el texto acabado y decido si me ha gustado lo que he leido. En esta posición es donde he tenido problemas.

Llevo un tiempo escribiendo cosas que no he publicado, simplemente porque no me gustaron cuando yo las consideraba terminadas. Y esto lo achaco directamente a que he andado corto del combustible. No ha estado presente la emoción que describí en las primeras dos fases. Ultimamente se esconde al momento de escribir. Sin combustible puedo escribir, pero no de manera adecuada. Es como un auto, sin combustible avanza empujandolo, pero terminas cansado y no te sirve de mucho. Forzandolo, salen las ideas, salen las palabras...pero no tienen mayor significado. Y algo que no tiene significado no es digno de ser publicado. Cuando leo frases sin mensaje, que son reflejo de pensamientos cotidianos, no me agrada el texto. Escribir, para mi, es expresar ideas que significan algo para alguien, que hacen sentir bien, que hacen sonreir, que hacen enfadar, que hacen llorar, que ilustran, que llegan y que permiten compartir una conexión en algún nivel con el lector. Si cuando leo uno de mis textos, no puedo sentir lo que estoy expresando, es decir, si ni siquiera para mi tiene mayor significado que el de un mero conjunto de palabras...no vale la pena que alguien mas lo lea. Es un desperdicio de tiempo. Eso es lo que me ha impedido publicar varios posts ultimamente.

Y, por otro lado, el combustible esta cargandose de nuevo. La visita al panteón fué inspiradora. A lo mejor ya hacia falta. Ahora si que la monotonía escolar, aunado a un par de tareas, a las preocupaciones por el estupido protocolo de trabajo terminal (y los sinodales que nos asignaron T_T), lo de la falta de lugar para hacer el servicio social y lo demas que no va bien, pues como que mató a la inspiración. A, pero ir al panteón con la banda, renovar de nuevo mi interes por lo frívolo y reirnos un rato en grupo, pues me ha regresado al camino del blog y creo que, ahora sí, mañana podré escribir un post interesante que mantenga en su lugar a los ya de por si pocos lectores que tenemos. Por hoy eso es todo, y esperen el de mañana. En el de mañana pondré un par de las fotos de las que tomamos en el panteón. Tambien estaba pensando empezar a poner tutoriales sobre linux, etc. Ya saben, inaugurar la serie "for Geeks" (en lugar de "for Dummies" para los que no lo entienderon). Pensaría que sería buena idea que el rulinux, por ejemplo, pusiera su tutorial de "Como compilar el kernel de linux for Geeks". O tal vez poner uno de "Como configurar Beryl en Ubuntu for Geeks". O "Como burlar los servidores del IPN for Geeks". A, pues ya hacer público para la comunidad de ESCOM el de "Como cambiar la contraseña root de las computadoras de los laboratorios aunque el jefe de laboratorios no quiera soltarlas for Geeks". El Lovesan podría poner el de "Como vivir con un disco duro de 30GB for Geeks"...no es cierto. Pienso que estaría...¿no? Tal vez así aumente el tráfico.

Nota: Se llama "The middle world" porque así me dio la gana, no tiene nada que ver con una idea escondida en el texto ni nada por el estilo. Solo se llama así.

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