Game Over IV: Violence beyond death

ESCOM era un nido de policias. ¿Qué entidad corrupta se había metido a ese despreciable nido de geeks que había provocado tan alto número de muertes? Los causantes, dos maestros con viejas riñas y con serios problemas mentales. ¿Cuántos mas serían una bomba mortal que podría amenazar la vida de inocentes? Fué entonces cuando el gobierno del DF decidió instaurar el programa "Salvemos a ESCOM", para limpiar la basura de aquella escuela. Apenas un mes despues de la masacre, entró el primer equipo de asalto.

Los interrogatorios eran incesantes. "Yo no se nada" gritaba un tal señor Ferrer desde su cubiculo en la biblioteca, mientras un señor con un caja de toques y un agua de tehuacán sonreía frente a él. "¿Qué? ¿Estás seguro? A ver si esto te refresca la memoria" y le tiraba el agua en la nariz.

En otro lugar, un par de judiciales le daban de cinturonazos al director. "¡Habla cabrón, si no quieres que despues intentemos hacerte un hijo con esto!" decía uno de los judas enseñandole su instrumento denominado entre sus portadores como PR 24.

Las maniobras de limpieza del gobierno capitalino, estaban dando resultados espeluznantes. Se cuenta que en el primer operativo sorpresa, un par de granaderos irrumpieron en una sala de cómputo. Sentado frente a la computadora principal anidaba un ser que no parecía de este mundo. Era el encargado de laboratorios. Al recibir la luz del sol en sus ojos, soltó un chillido aterrador, seguido de algunos gritos ahogados entre los cuales se pudo entender "¡¡¡nooo!!! ¡¡¡luz solar!!!!". Al someter al horrendo ser a palos y limpiar su nido, los granaderos no pudieron evitar la repulsión de lo que encontraron en su disco duro y clausuraron el lugar de una vez por todas.

Todo esto ocurria ante la impasible mirada de los estudiantes, que no tenían mas opcion que someterse a las revisiones continuas y toqueteos de los policias. Si, a algunos les era indiferente, pero la mayoría (que apenas tenía contacto social), rechazaban rotundamente que cualquier ser humano que no fuera su mamá los tocara. Se registró un alto número de suicidos durante las revisiones, todo con el fin de evitar el incómodo momento.

Había pasado ya un mes desde el inicio de la operación "Salvemos a ESCOM", cuando de entre las filas de los perdedores, surgió una voz de lucha contra la opresión que el Estado imponía contra los nobles (los que eran nobles) estudiantes de ESCOM. Él, era un sobreviviente de la masacre anterior. Lo habían encontrado los paramédicos convulsionandose y estuvo en quirófano 14 horas antes de pasar a terapia intensiva. Había necesitado ya cuatro trasfusiones de sangre, debido a la sangre que había perdido por una herida en el cuello y estuvo una semana en coma. "Por poco no la cuentas", le dijo su médico despues de salir del coma. Su rencor por la vida y el odio en su mente había crecido tanto, que lo primero que dijo al salir del coma fue "¡deben pagar!". Era un joven que se hacía llamar Lovesan.

Poco despues de haber salido del hospital, había escuchado en las noticias sobre "Salvemos a ESCOM". Estaba convencido de que un ángel de Dios le había encomendado la tarea de matarlos a todos y llevar a una raza superior de super-geeky-nerds a la victoria y a la fundación de una nueva sociedad basada en los principios del 1 y el 0. Estaba pensando como llevar acabo su tarea, cuando recordó que de navidad su papá le había regalado un rifle semi-automático M4A4 de 5.56mm. Originalmente, lo usaba para cazar ardillas en Chapultepec (acostumbraba gritar cosas como "mueran, estupidas ratas del bosque"), pero ahora estaba destinado a un bien mayor. Logró también conseguir el regalo de navidad de su hermano, dos revolveres de 9mm M9 y una Uzi robada del cuerpo de un marine en la guerra del golfo que él utilizaba ultimamente por las noches para matar prostitutas.

Lovesan equipó su arsenal en su silla de ruedas y se dirigió a cumplir con su divina misión. Logró esquivar el cerco policiaco gracias a su cuerpo maltrecho y, una vez adentro, se dispuso a ejecutar la venganza.

Primero, entró al departamento de ciencias sociales. Los maestros y policias que ahí se encontraban, se acercaron con curiosidad. Lovesan se persinó religiosamente y se arrodilló...aprovechando el momento para desenfundar las M9. Como en camara lenta, comenzó a disparar mientras recitaba unos salmos que había leido de "la biblia del programador de Unix". Era código en C del kernel. Las balas volaron con divina certeza a los craneos de los que ahí se encontraban, cada tiro significaba un paso mas al nuevo mundo.

Al oir disparos, se activó la alerta entre las fuerzas de seguridad. Lovesan había agotado las balas de las M9 en los de sociales. Incluso, a mas de uno le había metido tiros de mas por el simple placer de ver la sangre salpicar. Saco entonces su Uzi y se alistó para acabar con quien se le opusiera.

"Por el grandioso régimen del Dios binario, ¡mueran!", gritaba, al tiempo que dejaba caer ráfaga tras ráfaga de incontenible poder de fuego. "¡Unanse a las ardillas y a las putas!" decia en su balbucear maniático. Con su rifle navideño en una mano y la Uzi en la otra, sembró el terror entre los escomios, hasta que un golpe en la cabeza lo noqueó. Era uno de los judiciales. "Toma esto, maldito hijo de perra", le dijo, y le descargó todo el cartucho de su pistola de cargo en la cabeza. Por fín había terminado...¿o no?